Una alcancía realizada con restos de yerba mate

Una alcancía realizada con restos de yerba mate
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Una alcancía realizada con restos de yerba mate

Una alcancía realizada con restos de yerba mate. Curiosidades.

 

En tiempos donde la conciencia por el cuidado del medio ambiente está en franca expansión – afortunadamente – es importante volver los procesos productivos más respetuosos con el medio ambiente. En el proceso de la yerba, una gran cantidad de producto se descarta. Una posible solución es la que ofrecen las alcancías de un material compuesto precisamente con los palos descartados del proceso de la yerba.

Un diseñador industrial argentino egresado de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) diseñó una alcancía de yerba mate, creada con los palos descartados en el proceso productivo, aglutinados con el hongo Mycelium, además de contener semillas nativas de Argentina.

En concreto, lo que generó Silvio Tinello es un bioaglomerado fúngico al que le dio forma de cerdito. Este desarrollo es el resultado de su proceso de investigación para su tesis del Master en Diseño Sustentable que cursó en Philadelphia University, Estados Unidos, tras haber sido seleccionado en el programa de Becas BEC.AR en nuestro país. Tinello logró por una parte darle una salida viable a lo descartado durante la producción yerbatera, teniendo en cuenta además el arraigo emotivo, histórico y cultural que se tiene con el mate.

“Nuestra relación con los materiales es tan estrecha a tal punto que hemos desarrollado una gran dependencia, la cual se ha volcado mayoritariamente hacia los materiales no renovables. El problema radica en que desde aquel entonces hemos seguido un modelo de producción lineal que no ha cambiado, en el que tomamos las materias primas, hacemos los productos y desechamos los desperdicios propios del consumo y fabricación de estos productos.”, señaló Tinello.

Al día de hoy el 10% de la producción nacional de yerba mate es desechada, lo que significa 11.000 toneladas de palo. Esto se debe a que según el código alimentario argentino, la cantidad de palos no debe exceder el 35% de la totalidad de la composición de la yerba que compramos empaquetada. Hay que decir también que este desecho no representa riesgo de contaminación, ya que es orgánico, pero en términos de eficiencia productiva, se desperdicia gran cantidad de energía.

Surge así esta alcancía llamada ‘Cyclebank, cuyo material se aprovecha en su totalidad, a diferencia de las tradicionales alcancías que una vez que queremos acceder al dinero, sólo queda romperlas y desechar los restos. Así, se logra un agregado de valor a lo que hasta ahora se consideraba desperdicio.

La filosofía detrás de Cyclebank, tanto el contenedor (material) como el contenido (dinero) son considerados nutrientes y semillas, ya sea para el medio ambiente como para la economía, respectivamente. Así, el usuario vive la experiencia de ver cómo los materiales pueden ser nutrientes y transformarse en otra cosa, en este caso un árbol o una planta. Una vez que se destuye la alcancía se convierte en abono para el suelo, porque es totalmente biodegradabe.

Es por eso que esta alcancía además de dar a conocer un material novedoso, permite fomentar los valores de la ecología y el cuidado de la naturaleza, en base a las sobras de la producción de la yerba.

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